Cada trabajo completado deja una enseñanza, pero debo decir que tras mi paso por el Centro de Alzheimer de Santa Úrsula (CEAF), esta enseñanza no puede quedar relegada únicamente al plano profesional. Lo he sentido mucho más allá, ha sido una enorme experiencia personal que me ha adentrado en un mundo que desconocía. Todas las personas que trabajan para cuidar a los demás tienen mi máxima admiración, especialmente cuando se trata de una enfermedad como el alzheimer, en la que profesionales y familiares se esfuerzan diariamente para luchar contra el devastador olvido.